Encuentro de Dirigentes aprueba inicio de Jornada de Lucha y Marcha para el 20 de septiembre.
El pasado jueves 16 de agosto, en el
inicio en la Asamblea Nacional de Diputados de las discusiones sobre
las reformas electorales, se produjo la comparecencia del Dr. Fernando
Cebamanos, Presidente del Frente Amplio por la Democracia (FAD), el
único y verdadero.
He aquí su intervención:
El sistema
electoral panameño se caracteriza por la existencia de partidos
políticos sin plataforma ideológica, que basan su accionar en el
paternalismo y clientelismo, controlados por pequeños grupos elitistas y
cúpulas oligarquizadas con claros intereses económicos y financieros,
alejados de un proyecto de desarrollo nacional incluyente que se
plantee, como objetivo fundamental, la transformación de la sociedad,
que elimine las condiciones de vida deplorables que afectan a una gran
parte de la sociedad panameña.
Se ha
constituido una práctica promovida por el Tribunal Electoral y los
partidos políticos, que luego de cada proceso electoral se inicia una
revisión del Código Electoral, cuyos objetivos y resultados pretenden
determinar y corregir las fallas del sistema que se identifican en las
elecciones, las que se plasman a través de una ley que reforma el
Código Electoral.
Esta práctica ha
traído como consecuencia que la mayoría de las modificaciones que se han
implementado beneficien a los partidos tradicionales, los que se
convierten en juez y parte y, utilizando su poder en el seno de la
Comisión de Reformas, las presentan en la Asamblea para su aprobación,
culminando el proceso de reformas con un resultado que excluye cualquier
intento por lograr la apertura o democratización del sistema electoral
panameño. De esta manera, se ha mantenido como base esencial de la
participación política, el principio de la PARTIDOCRACIA, es decir, un
sistema en el que imperan los intereses de grupos reducidos de personas
que deciden las reglas del juego a favor de los propios partidos
tradicionales.
No obstante lo
anterior, en el sexto proceso de reformas al Código Electoral convocado
por el Tribunal Electoral, en el que participaron los partidos políticos
constituidos y en formación, sectores de la Sociedad Civil organizada,
y por primera vez una representación del Movimiento Popular y Social de
nuestro país (FRENADESO), se lograron avances en algunos puntos por vía
del consenso considerados como reformas urgentes a realizar al Código
Electoral para hacer que el proceso electoral fuera menos excluyente y
que nuevas fuerzas políticas pudiesen tener la oportunidad de participar
en elecciones, en un plano de mayor igualdad de oportunidades.
Esta Comisión de
Reformas Electorales, pese a que no logra agotar todos los temas que
necesitan modificarse en el Código Electoral con el fin de que el
proceso electoral logre ser más democrático e incluyente, avanzó en
aspectos básicos que justificaban el esfuerzo del proceso. Sin embargo,
esta iniciativa fue desechada por los partidos políticos con
representación en la Asamblea Nacional, tanto de Gobierno como otros de
la llamada oposición, que también estuvieron presentes en la Comisión
de Reformas y que habían participado y avalado el consenso sobre lo
propuesto. El doble discurso de estos representantes de partidos
tradicionales quedó evidenciado, ya que al inicio de las discusiones de
las propuestas en las comisiones de la Asamblea dieron su visto bueno
para que las reformas esenciales consensuadas por ellos mismos no fueran
aprobadas, especialmente aquellas relacionadas con la transparencia del
financiamiento de los partidos políticos, el establecimiento de topes o
límites al financiamiento de las campañas, a la participación de nuevas
fuerzas políticas, entre otras.
Este esfuerzo,
que culminó con el retiro del proyecto de reformas, es una salida que
nunca avalamos, porque sabido es que el actual Código Electoral ha
propiciado que se mantengan las características antidemocráticas de
participación política, pues propicia la desigualdad en la participación
y en la representatividad, al mismo tiempo que impide que nuevas
fuerzas políticas participen en los procesos electorales.
Con preocupación
observamos como el partido con mayoría en la Asamblea Nacional (lograda
con métodos cuestionables) y que representa los intereses del Ejecutivo
estimula, a través de la iniciativa legislativa, nuevas propuestas de
reformas al Código Electoral. Esta maniobra politiquera no busca
modificar el sistema y hacerlo más democrático y participativo. El único
interés que se persigue es reafirmar la estructura antidemocrática del
actual proceso electoral, con el cálculo político egoísta de que estas
supuestas reformas solo puedan asegurar un triunfo legislativo en el
próximo torneo electoral.
La propuesta que
se quiere imponer no puede ser aceptada: es inconsulta, regresiva y
antidemocrática. Los diversos diagnósticos realizados acerca de las
debilidades del sistema electoral panameño concluyen que, para hacer de
las elecciones un ejercicio de democracia representativa, se debe
considerar como eje fundamental la proporcionalidad de las
representaciones, y tal cual se presentan las mal llamadas reformas
electorales en este momento, ese objetivo no se podrá lograr por esta
vía.
Por una real transformación del Proceso Electoral Panameño:
Es necesario
advertir que organizaciones representativas del Movimiento Popular y
Social Panameño como FRENADESO han venido planteando la urgente
necesidad de que los espacios de participación política sean
transparentes, reales y efectivos, por lo que se hace indispensable
transformar las estructuras de la Partidocracia que impiden alcanzar una
real democracia política.
La condición
indispensable para democratizar la actual estructura electoral pasa por
cambios a la estructura constitucional por vía de una constituyente
originaria, con plenos poderes, que garantice que la democracia sea
participativa, igualitaria, social, económica y políticamente
incluyente.
No obstante, en
este momento consciente de la realidad que determina nuestra
participación en un proceso electoral viciado, debemos plantear lo que
para el Frente Amplio por la Democracia (FAD) constituye parte de la
tarea de democratizar realmente el sistema electoral panameño, por lo
que insistimos que los cambios urgentes y necesario para garantizar una
participación democrática en el proceso electoral debe contener una
transformación radical al sistema de elección que pasa por reducir el
porcentaje de adherentes necesarios para la inscripción de un partido
político, incluyendo el procedimiento para las inscripciones; garantizar
sin limitación las candidaturas independientes y la libre postulación,
el papel de los medios de comunicación, agencias publicitarias y casas
encuestadoras en el periodo electoral, el financiamiento de los
partidos, el subsidio electoral, el clientelismo electoral, el largo y
extenuante periodo electoral, revocatoria de mandato, tope de gastos de
campaña y demás practicas politiqueras que desvirtúan el actual proceso
electoral.
Esta tarea debe
emprenderse principalmente por sectores de la sociedad panameña que en
el pasado y actualmente han demostrado tener real interés por la
democratización de la sociedad panameña, por lo que llamamos la atención
a no dejar que falsos movimientos con discursos seudo democráticos e
integrados por connotados miembros de la Partidocracia imperante, sean
los que desde el seno de la Comisión Nacional de Reformas Electorales o
de otros movimientos creados en la coyuntura, pretendan erigirse como
los defensores y garantes del sistema democrático panameño, ya que sus
acciones en el pasado descalifican su discurso por no garantizar que las
elecciones puedan darse en un clima de discusión, de propuesta y real
participación.
El Frente Amplio
por la Democracia (FAD) rechaza cualquier proceso de reformas al Código
Electoral sin las discusiones serias y profundas que el tema demanda,
cuyo contenido debe ser el logro de un sistema que busque la
transparencia, la igualdad y proporcionalidad de las representaciones
que participen del proceso electoral, sin que los intereses y cálculos
politiqueros e injerencia partidistas sean los que definan sus
contenidos. De esto dependerá que el próximo proceso pueda tener algún
grado de legitimidad democrática.
¡Nace la Esperanza!
El FAD Eres Tú...
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