El gobierno de Martinelli promovió un acuerdo con el gobierno de
Micheletti (Promesas hechas por Martinelli en medio del golpe de Estado
en Honduras, para darle el espaldarazo al gobierno golpista de
Micheletti, sustituido posteriormente por Porfirio Lobo), sobre la
contratación de unos 25 mil trabajadores hondureños para laborar en
proyectos en nuestro territorio, lo cual es violatorio de la
Constitución y las leyes nacionales y convenios internacionales. En el
caso de la actividad de la construcción, atentaría contra la Convención
Colectiva CAPAC-SUNTRACS, nuestra máxima conquista laboral y un ejemplo
para la región.
Hoy, diarios hondureños señalan que Panamá y
Honduras están a punto de firmar un convenio, durante el Encuentro de
Ministros de Trabajo de Centroamérica y República Dominicana que se
realizará el 7 y 8 de agosto próximo.
Estas pretensiones del
gobierno empresarial buscan incrementar el ejército industrial de
reserva (desempleados) y profundizar la pauperización del mercado
laboral en Panamá (informalidad), toda vez que en el país existe mano de
obra suficiente, muchos trabajadores desempleados, para poder cubrir
las necesidades de mano de obra que demandan los proyectos de
construcción.
Esta medida es cónsona con la lógica neoliberal
que pregona la supremacía del mercando y demanda la movilidad del
‘factor trabajo’, a fin de que las grandes empresas (locales y
transnacionales) se hagan de mano de obra barata, mermar las condiciones
de trabajo existentes y violentar la libertad sindical.
Conviene recordar, que bajo el neoliberalismo, la incorporación al
mercado de trabajo de la mayor parte de los trabajadores extranjeros se
produce en un período muy corto de tiempo, en el que además la tasa de
desocupación del conjunto de los trabajadores en apariencia es reducida
(‘pleno empleo’) y en el que también se ha reducido el nivel de
temporalidad en la contratación (inestabilidad), todo ello enmarcado en
el proceso de ‘flexibilización neoliberal’.
Por ejemplo, en
Europa desde el 2000 se comenzó un proceso creciente de incorporación de
mano de obra extranjera, siendo España uno de los países que mostró
mayor celeridad en este proceso. La mayor parte de la mano de obra
extranjera en España fue incorporada en la industria de la construcción,
que evidenciaba un crecimiento económico al igual que la economía. Hoy,
España presenta una altísima tasa de desempleo (paro 26%, más de 5
millones de trabajadores), generando que la fuerza de trabajo extranjera
sea expulsada en las peores condiciones.
E s decir, el
capital, que se declara sin patria, coloca en la más completa
indefensión a la fuerza de trabajo extranjera, a la cual obliga a
desplazarse de sus países de origen, en la medida en que la
globalización neoliberal destruye producción interna, propicia el cierre
de empresas locales y fomenta la precariedad laboral.
Este
fenómeno evidentemente no sólo no mejoran las condiciones de los
obreros, sino que produce un retroceso en las condiciones laborales, la
transnacionalización de los capitales implica la posibilidad de creación
de cadenas de subcontratación aprovechando ‘las ventajas comparativas
del mercado laboral’ existente en determinados países, de modo tal que
permita minimizar los costos de producción (vía disminución de
salarios), aun aumentando los costos asociados al transporte la ganancia
de los empresarios dada por la explotación a los trabajadores es mayor.
A ello apuesta Martinelli.
No es la lucha contra los obreros
hondureños. Es la lucha contra un modelo esclavizante, contra gobiernos
incapaces de brindar trabajo digno a su pueblo, y que buscan el
enfrentamiento entre trabajadores, utilizando políticas de movilidad
laboral que el neoliberalismo impone.
Ante las denuncias que
se han venido haciendo al respecto, las autoridades intentan desmentir
la firma del convenio con el Gobierno de Honduras. Sin embargo, a este
Gobierno nadie le cree, pues se ha caracterizado precisamente, en
múltiples ocasiones, por decir una cosa y hacer otra.
Llamamos
a los compañeros trabajadores a mantenernos en estado de alerta, a
defender nuestros puestos de trabajo y luchar por mejores salarios y
condiciones de trabajo, a fin de enfrentar el alto costo de la vida y la
sistemática violaciones a las normas de salud y seguridad laboral.
SECRETARIO GENERAL DE CONUSI-FRENADESO.
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