FRENADESO participará de los desfiles patrios.
La impunidad es definida como la falta o ausencia de castigo
frente a un hecho delictivo. El problema es mucho más profundo, cuando
excede claramente del consabido ámbito legal. El manifiesto alejamiento
de muchas instituciones respecto de su sagrado fin de servicio público
solo puede encontrar su causa en una generalizada percepción de
impunidad por parte de los sujetos encargados de dirigirlas, este es el
actual caso de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia.
En efecto, en Panamá la única regla vigente del actual sistema
político es la complicidad que otorga la impunidad. Tal como se
demuestra PRD, panameñistas, PP, CD y Molirena, podrán enfrentarse
electoralmente, pero entre todos ellos existe un acuerdo expreso para
cerrar filas a la hora de exigir responsabilidades políticas por actos
de corrupción o negligencias gubernamentales. En la mafiocracia, se vale
que todo quede en descalificaciones mediáticas, la única arena válida
de las disputas. Pero en el terreno jurídico, todo pasa y todo se
empantana.
En este sentido, el pueblo tiene la sensación de que frente a las
nuevas denuncias surgidas no volverá a pasar nada. Eso será así mientras
estos clanes de la mafiocracia sigan manejando al país, los órganos de
Estado, los partidos políticos y jugando con la opinión pública, gracias
al control que ejercen sobre importantes medios de comunicación social.
Lo vivido el pasado lunes, donde una Subcomisión de Garantías,
nombrada por la Comisión de Credenciales de la Asamblea Nacional,
ventiló los cargos contra el magistrado de la Corte Suprema de Justicia
Alejandro Moncada Luna, es el nuevo ‘show mediático’, tal como se hizo
con la contralora. Pasada la euforia de los principales medios de
comunicación, se ha logrado comprobar graves violaciones a la
Constitución y al Código Penal.
Que el pueblo no se equivoque. Dicen los medios que los ‘shows’ que
promueven son para devolverle la confianza de la ciudadanía en la
justicia. Primero, esa confianza nunca ha existido. El pueblo sabe que
las cárceles están llenas de pobres, negros, cholos, indígenas; los
ladrones de cuello blanco nunca pisan una cárcel. Y por otra parte, es
sabido que todo lo actuado es para garantizarle la impunidad al
magistrado Moncada Luna, mientras se entretiene a la población y se
desvía la atención de los problemas fundamentales.
Preguntamos: ¿se juzgará también a otros magistrados que, junto a
Moncada Luna, firmaron fallos cuestionables? Allí está la lucha del
Suntracs denunciando a tres magistrados (Luis Mario Carrasco, Harry Díaz
y Víctor Benavides), quienes de un solo plumazo anularon el veredicto
de un jurado de conciencia y el fallo del pleno de la Corte, y ordenaron
la libertad de Rogelio Ramos, autor intelectual del asesinato del
obrero Osvaldo Lorenzo.
Lo cierto es que por lo que se juzga a Moncada Luna representa menos
de un 0.25 % de los más de 400 millones de dólares que se llevaron los
diputados del PAN, los encargados de juzgarlo en el pleno, y un grano de
arena en comparación con lo que se han llevado los políticos corruptos
en los diversos gobiernos.
Debemos recordar que Moncada Luna fue designado por el Gobierno de
Martinelli y el vicepresidente Varela, en enero de 2010, como magistrado
de la Corte Suprema de Justicia, junto a José Abel Almengor, quien
renunció en 2011 tras un escándalo. Almengor fue reemplazado por Harry
Díaz.
El pueblo se asquea de tanta basura acerca de la justicia, mientras
se debate en medio del alza del pasaje, de la canasta básica familiar,
de los bajos salarios, de la inseguridad, de los crítica situación de
salud, falta de agua potable, pésima situación de los colegios, entre
otros tantos problemas.
Estamos en la prolongación de la crisis de Justicia, con los mismos
actores, tan solo que hoy algunos en bandos diferentes. Solo una
Asamblea Constituyente Originaria, con plenos poderes, autoconvocada por
el pueblo, podrá barrer con la podredumbre moral de las instituciones, y
fundar una Patria para Todos.
*SECRETARIO GENERAL DE CONUSI-FRENADESO.
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