A través de los cables Wikileaks,
logramos conocer que la ex embajadora norteamericana, Bárbara
Stephenson, advirtió en julio de 2009 (a escasos días de que la alianza
del CD, Panameñistas, MOLIRENA y ex PRD, asumieran el Gobierno) sobre la
obsesión de Ricardo Martinelli de utilizar el sistema “Matador” de
escuchas telefónicas para espiar a enemigos políticos. Así lo difundió
el diario New York Times:
“En Panamá,
un mensaje urgente desde el BlackBerry del presidente Martinelli le
exigía a la embajadora estadounidense que la DEA espiase a sus enemigos
políticos. Necesito ayuda para pinchar teléfonos, decía”.
Señaló que “la DEA enfrentó
presiones más intensas el año pasado en Panamá, donde el presidente
derechista, Ricardo Martinelli, exigió a la agencia que le permitiera el
uso de su programa de escuchas telefónicas -conocido como Matador- para
espiar a sus enemigos de izquierda, que según él estaban conspirando
para asesinarlo”.
Según los cables, a Estados Unidos le
preocupaba que Martinelli “no hiciera distinción entre objetivos de
seguridad legítimos y enemigos políticos”, y se negó, lo que generó
tensiones que duraron varios meses.
Martinelli, además dio refugio en
nuestro país a la colombiana “uribista” María del Pilar Hurtado, ex
directora de la Dirección Administrativa de Seguridad (DAS), prófuga de
la justicia de Colombia por estar acusada de pinchar teléfonos.
En enero del 2011, Martinelli denunció
la pérdida durante el Gobierno de Martín Torrijos del PRD de dos equipos
de interceptación de llamadas del Consejo de Seguridad panameño. Nunca
se supo en qué fueron a parar las investigaciones al respecto. Lo
cierto es que los mismos cables de Wikileaks revelaron el interés del
entonces presidente Torrijos del PRD de pinchar los teléfonos de
dirigentes del SUNTRACS y FRENADESO, siendo la procuradora Ana Matilde
Gómez. Al igual que Martinelli, Torrijos solicitó la ayuda de la
Embajada gringa.
En Panamá
es un secreto a voces que los organismos de seguridad adscritos al
Gobierno, agencias de espionaje extranjeras y compañías privadas se
dedican a grabar conversaciones privadas y hacer filmaciones de
situaciones comprometedoras de ciudadanos panameños para uso con fines
políticos.
Es conocida la fijación de Martinelli al
respecto que ha hecho alarde en las redes sociales de tener
conocimiento de estos materiales. Y todo el mundo sabe del calibre de
las campañas sucias de elementos como Salomón Shamah, quien públicamente
se ha atribuido varias cuñas publicitarias en ese sentido.
Las grabaciones y filmaciones de
situaciones íntimas de panameños para luego usarlas en campaña política,
revelan las mentes perturbadas, pervertidas y enfermizas de quiénes
están detrás de las mismas, las cuales a la larga se convertirán en un
búmeran político vengan de dónde vengan.
Pero, a la vez, las difusiones de estas
grabaciones, especialmente las atribuidas a los candidatos del PRD,
Bobby Velásquez y Raúl Pineda, muestran como las cúpulas de los partidos
tradicionales utilizan prácticas gansteriles para dirimir conflictos y
fomentar el más vulgar de los clientelismos políticos.
Sobre estas denuncias, el pueblo ya
intuye que no pasará nada. Prevalecerá el reino de impunidad. Se
arropan con la misma sábana. Llegarán a acuerdos y nuevos pactos,
independientemente del lodo que dejen sobre la honra de muchos
panameños. Y el pueblo se seguirá asqueando del triste y vulgar
espectáculo que a diario nos ofrecen estos políticos tradicionales,
mientras se le niega justicia y ve postergar las soluciones a los
ingentes problemas y necesidades que padece por parte de un gobierno que
utiliza la polémica como cortina de humo en momentos que impone nuevas
leyes represivas como la que castiga con cárcel a humildes panameños sin
tierra y sin casa.
Sólo un gobierno nuevo y diferente,
asentado en auténticos valores morales y patrióticos, podrá ponerle fin a
este reino de la impunidad y la corrupción. Por ello apoyamos y
llamamos al pueblo a sumarse al Frente Amplio por la Democracia (FAD).
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