Otra ineficiencia en la gestión de Martinelli, que compromete la
salud de los panameños, es el suministro de agua potable y la
recolección de la basura en las comunidades.
En medio del crecimiento económico y
de los millones de dólares que circulan en el país, cada vez es mayor
el número de panameño a los cuales se les violentan sus derechos
humanos. La situación se agrava, aún más, cuando quienes se supone deben
velar por el cumplimiento de los mismos son precisamente quienes los
lesionan.
En este sentido, uno de los casos más alarmante resulta el tema de la salud, altamente sensitivo para la población. El gobierno de Ricardo Martinelli, en su lógica neoliberal y en su estructura de mercader, continúa provocando el desabastecimiento de todo tipo de recurso para la prestación del servicio. Los daños en los equipos y la falta de insumos en las diferentes unidades ejecutoras de la Caja de Seguro Social (CSS), constituyen un problema que cada vez se agrava más, poniendo en peligro la vida de cientos de panameños a los cuales se les postergan cirugías y tratamientos. Mientras tanto, sus directivos siguen haciendo de la CSS su fuente de negocios.
Los gravísimos problemas que confrontan los asegurados, a tres años de gobierno, revelan la falta de planificación que impera en la institución. El señalar que ‘el equipo de anestesia ha cumplido su vida útil’, sin que se haya programado su reposición pone de manifiesto una vez más la ineficiencia e irresponsabilidad de los directivos. Señalar que ‘lastimosamente las compras en el sector público no se pueden hacer con la rapidez que tiene el sector privado’, tal como indicó el asesor del Seguro Social, quien hoy culpa a las administraciones anteriores, mientras que anteriormente las justificaba, pues le ha servido a todas en el proyecto privatizador, es un acto inmoral y constituye otra evidencia de que este gobierno es lo mismo que sus antecesores.
Como si fuese poco, se pretende imponer el proyecto de fusión CSS-MINSA, el cual ha sido rechazado por la población en todas sus manifestaciones (CONSALUD, ANAS, SUPS, APP), pues constituye un mecanismo privatizador de la salud. Pero el gobierno insiste en la privatización, donde seguramente la partidocracia (en gobierno y falsa oposición) y los falsos frentes, terminarán aprobando la privatización de la salud, que coloca la responsabilidad de financiar el sistema de salud en los fondos de la CSS.
Mientras tanto, asegurados, familiares y envenenados con dietilenglicol, afectados con KPC, entre otros siguen exigiendo justicia y la destitución de Guillermo Sáez-Llorens por incapacidad manifiesta.
Otra ineficiencia en la gestión de Martinelli, que compromete la salud de los panameños, es el suministro de agua potable y la recolección de la basura en las comunidades. La falta de agua potable de manera permanente afecta a once de cada diez panameños, pero el problema se agrava cuando un tercio de los que se supone reciben de manera permanente el servicio no lo tienen. Recientemente en varias ocasiones el 80% de la población de la ciudad de Panamá se le ha interrumpido el suministro del vital líquido por problemas en la planta de Chilibre.
Para muchos, este problema recurrente está dirigido a crear las condiciones para su privatización, viejo proyecto acariciado por este y los anteriores gobiernos (recordar intento privatizador de Pérez Balladares-PRD). La creación de la Autoridad del Agua está dirigido a sentar las bases para la externalización del servicio, so pretexto de resolver el problema, situación similar se dio con la creación de la Autoridad de Aseo, donde se prometió que sería resuelto el problema de la recolección de la basura, pero hoy por todo Panamá encontramos ‘pataconcitos’.
Los panameños no olvidamos los resultados de la privatización en Panamá, servicios más ineficientes, más costosos y despidos masivos (ver electrificación y telefonía). No olvidamos que quienes hicieron posible su privatización se embolsaron sumas millonarias. No olvidamos que hoy hay más panameños sumidos en la desatención social. Sin duda, quien han sabido aprovechar el proceso privatizador ha sido el sector empresarial, cuyos intereses han sido agenda permanente del Ejecutivo.
SECRETARIO GENERAL DE CONUSI-FRENADESO.
En este sentido, uno de los casos más alarmante resulta el tema de la salud, altamente sensitivo para la población. El gobierno de Ricardo Martinelli, en su lógica neoliberal y en su estructura de mercader, continúa provocando el desabastecimiento de todo tipo de recurso para la prestación del servicio. Los daños en los equipos y la falta de insumos en las diferentes unidades ejecutoras de la Caja de Seguro Social (CSS), constituyen un problema que cada vez se agrava más, poniendo en peligro la vida de cientos de panameños a los cuales se les postergan cirugías y tratamientos. Mientras tanto, sus directivos siguen haciendo de la CSS su fuente de negocios.
Los gravísimos problemas que confrontan los asegurados, a tres años de gobierno, revelan la falta de planificación que impera en la institución. El señalar que ‘el equipo de anestesia ha cumplido su vida útil’, sin que se haya programado su reposición pone de manifiesto una vez más la ineficiencia e irresponsabilidad de los directivos. Señalar que ‘lastimosamente las compras en el sector público no se pueden hacer con la rapidez que tiene el sector privado’, tal como indicó el asesor del Seguro Social, quien hoy culpa a las administraciones anteriores, mientras que anteriormente las justificaba, pues le ha servido a todas en el proyecto privatizador, es un acto inmoral y constituye otra evidencia de que este gobierno es lo mismo que sus antecesores.
Como si fuese poco, se pretende imponer el proyecto de fusión CSS-MINSA, el cual ha sido rechazado por la población en todas sus manifestaciones (CONSALUD, ANAS, SUPS, APP), pues constituye un mecanismo privatizador de la salud. Pero el gobierno insiste en la privatización, donde seguramente la partidocracia (en gobierno y falsa oposición) y los falsos frentes, terminarán aprobando la privatización de la salud, que coloca la responsabilidad de financiar el sistema de salud en los fondos de la CSS.
Mientras tanto, asegurados, familiares y envenenados con dietilenglicol, afectados con KPC, entre otros siguen exigiendo justicia y la destitución de Guillermo Sáez-Llorens por incapacidad manifiesta.
Otra ineficiencia en la gestión de Martinelli, que compromete la salud de los panameños, es el suministro de agua potable y la recolección de la basura en las comunidades. La falta de agua potable de manera permanente afecta a once de cada diez panameños, pero el problema se agrava cuando un tercio de los que se supone reciben de manera permanente el servicio no lo tienen. Recientemente en varias ocasiones el 80% de la población de la ciudad de Panamá se le ha interrumpido el suministro del vital líquido por problemas en la planta de Chilibre.
Para muchos, este problema recurrente está dirigido a crear las condiciones para su privatización, viejo proyecto acariciado por este y los anteriores gobiernos (recordar intento privatizador de Pérez Balladares-PRD). La creación de la Autoridad del Agua está dirigido a sentar las bases para la externalización del servicio, so pretexto de resolver el problema, situación similar se dio con la creación de la Autoridad de Aseo, donde se prometió que sería resuelto el problema de la recolección de la basura, pero hoy por todo Panamá encontramos ‘pataconcitos’.
Los panameños no olvidamos los resultados de la privatización en Panamá, servicios más ineficientes, más costosos y despidos masivos (ver electrificación y telefonía). No olvidamos que quienes hicieron posible su privatización se embolsaron sumas millonarias. No olvidamos que hoy hay más panameños sumidos en la desatención social. Sin duda, quien han sabido aprovechar el proceso privatizador ha sido el sector empresarial, cuyos intereses han sido agenda permanente del Ejecutivo.
SECRETARIO GENERAL DE CONUSI-FRENADESO.
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