13/12/11

Causa frustacón nacional el método usado en el retorno de Noriega a Panamá

La accidentada cobertura del regreso del exgeneral Manuel Antonio Noriega a Panamá, con engañifas desde su llegada al aeropuerto de Tocumen, causó gran enojo entre gente común y periodistas también en el penal El Renacer.

La “operación engaño”, como algunos la llamaron, fue tan criticada por la prensa y la ciudadanía que el presidente Ricardo Martinelli envió por la red social Twitter un mensaje a su ministra de Gobierno, Roxana Méndez, para que permitiera acceso a los periodistas.

Pocos minutos después, Angel Calderón, jefe de la seguridad interna, paseó al reo para que fuera filmado.

Lo que más molestó fue el uso de un señuelo -un desconocido encapuchado- para una falsa llegada de Noriega al penal, mientras el verdadero era trasladado subrepticiamente en una segunda caravana.

Cuando los periodistas se dieron cuenta del engaño, ya Noriega estaba internado en una casa de registro del penal cumpliendo los trámites legales correspondientes a cualquier condenado. El único que lo filmó fue un camarógrafo de la policía que nunca apareció cuando la prensa pidió cediera las imágenes.

La tardía reacción de mostrar al reo desde muy lejos para que fuera filmado como medio para identificarlo y verificar su presencia en Panamá, también fue criticada porque se hizo desde dentro de la casa, muy parcialmente, y con visibilidad pobre por presencia de obstáculos intermedios.

Las palabras justificativas de la ministra de Gobierno tampoco convencieron ni bajaron los caldeados ánimos de los reporteros que rebatieron todos sus argumentos aún cuando trató de ampararse en la jurisprudencia del Procurador de la Nación, José Ayú Prado, para que explicara el caso.

Este alegó que Noriega dijo no querer ser parte de un circo mediático cuando se le consultó si se dejaba fotografiar por los periodistas. Lo más que aceptó, indicó, fue que el funcionario del Ministerio de Gobierno Abdel Almengor, le tomara una desde un teléfono móvil y eso fue lo que dieron a la prensa.

Como las críticas continuaron, la solución fue la anunciada por Calderón de mostrar al reo frente a las cámaras, para lo cual hubo que sacarlo de la celda, donde ya había sido recluido en solitario, pues según la ministra, no compartirá el calabozo con nadie.

Derrocado en diciembre de 1989 tras la invasión militar de Estados Unidos al país, Noriega cumplió 20 años de prisión en Miami, acusado de narcotráfico, y estuvo casi dos entre rejas en París por lavado de dinero.

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