Articulo de Genaro López
Este mes de noviembre, una vez más
cientos de panameños celebran con entusiasmo el Mes de la Patria,
marcado por la Independencia de España (1821) y Separación de Colombia
(1903), al igual que el reconocimiento de nuestros símbolos patrios.
La historia de Panamá está cargada de
lucha patriótica, la lucha del pueblo: Guerra de los Mil Días, Incidente
de la Tajada de Sandía, Guerra del Coto, Movimiento Inquilinario de
1925, lucha contra el Tratado Filós-Hines de 1947, siembra de banderas
de 1959, la Gloriosa Gesta del 9 de Enero de 1964. La historia registra
el heroísmo y valentía de un pueblo que, gracias a ello, logró
finalmente recuperar el Canal y cristalizó los sueños de los que
murieron por ver ondear una sola bandera en todo el territorio nacional.
Sin embargo, la historia también
registra que un pequeño grupo de familias y personas ha controlado el
poder económico, político y social desde los primeros momentos de la
vida republicana. Por más de un siglo unos pocos se han apropiado y
disfrutado de las principales riquezas de nuestro país. En la antigua
zona del canal, hoy áreas revertidas, la mayoría de los que allí
habitan, son aquellos que cuestionaron a nuestros mártires y expresaban
que ‘de soberanía no se vive’.
Ante este estado de situación nacional,
desde principios del siglo pasado, siempre ha estado en la mente de la
mayoría de los panameños el anhelo de plena independencia y soberanía;
la lucha constante por una sociedad donde impere la justicia y equidad
social. En nuestras mentes sobresale la valentía de Victoriano Lorenzo,
Pedro Prestán, Rufina Alfaro, Ascanio Arosemena, Floyd y Federico
Britton, junto a camadas de jóvenes que han sido forjadores y expresión
auténtica del sentir patrio.
Este mes de noviembre siguen los
nubarrones oscuros en el quehacer público, cuando se pretenden imponer
reformas al Código Electoral y elección del nuevo magistrado del
Tribunal Electoral que avizoran desde ya el asalto de las elecciones del
2019. Como si fuera poco, la Contraloría promulga el decreto 441, que
ahonda en el clientelismo electoral al otorgar a los diputados fondos
para ‘ejercer’ funciones que corresponden al Meduca, Minsa, Ifarhu,
Pandeportes, entre otros. Como afirmará Frenadeso, ‘… por eso no se
investigan los 420 millones que se llevaron del PAN todos los diputados
en la administración pasada’. Esta acción resulta bochornosa, inaudita y
otra burla más al pueblo panameño.
A 113 años de separación, que da inicio a
la llamada vida republicana, el pueblo sigue luchando, ante la gran
cantidad de demandas sociales sin resolver: comida y medicamentos
baratos, trabajo y salarios justos, transporte seguro, educación
gratuita y de calidad, salud para todos, agua para todos 24/7, vivienda
digna y económica, ambiente sano. Seguimos vigilantes ante la embestida
de privatización a la salud, seguridad social, educación y acceso al
agua potable.
El pueblo panameño sigue anhelando y
luchando por una sociedad con justicia y equidad, sin corrupción ni
impunidad, donde prive el Buen Vivir, donde impere democracia tanto en
la esfera política como económica, donde el respeto de los derechos
humanos en todos sus órdenes sea el camino que marca la vida nacional.
En este sentido, el pueblo como soberano
puede darse su propia normativa jurídica y haciendo uso de su Poder
Constituyente recrear el Estado, puede convocar a una Asamblea
Constituyente Originaria y Soberana, con plenos poderes para barrer con
la podredumbre moral existente en los órganos de poder e instituciones
de un Estado degenerado, acabar con la impunidad, recuperar los fondos y
bienes robados al Estado y castigar a los corruptos y corruptores.
Este mes de noviembre, rendimos loor a
todos los panameños honrados que dieron su vida por conquistar el Panamá
independiente y soberano que con fervor anhelamos.
SECRETARIO GENERAL DE CONUSI-FRENADESO.
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