4/4/16

Carta Abierta del FER-29 dirigida a la Presidente de Chile, Michelle Bachelet, y a la Cancillería de Panamá, por detención de Mariela Hidalgo

A las autoridades respectivas

Panamá, República de Panamá

 E.S. D.

Mi nombre es Mariela de Jesús Hidalgo, mujer, panameña, soltera, con cédula de identidad personal No.8-838-67 y pasaporte No.PA0259645; soy estudiante universitaria de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Panamá, Campus Central. Curso el 3 año de la Licenciatura de Derecho. Soy orgullosamente dirigente universitaria del Frente Estudiantil Revolucionario 29 de Noviembre FER-29 y parte de la juventud de FRENADESO; en el pasado proceso electoral fui candidata suplente a Diputada por el partido Frente Amplio por la Democracia FAD. 

Semanas atrás fui designada por mi organización a participar en el XVIII Seminario Internacional del Joven Combatiente en la República de Chile, seminario organizado por la Juventud Rebelde Miguel Enríquez JRME, que consiste en intercambio de jóvenes de diversos países sobre las problemáticas sociales de nuestra Latinoamérica y se realizan talleres sobre educación, cultura y el vínculo de jóvenes profesionales en el quehacer político. Los temas a aborar en esta oportunidad, el modelo neoliberal y su impacto en el continente y Asamblea Constituyente. En su contexto, se trata de una actividad académica de jóvenes con conciencia social y crítica que se realiza en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile. 

Partí el domingo 27 de marzo desde Panamá, en un vuelo de la aerolínea COPA desde Panamá hacia Chile, con escala en Perú donde abordaría un avión de la aerolínea Sky. Llegue a Chile a las 7:25 a.m. aproximadamente, y a las 7:30 de la mañana fui retenida. Entregué mi pasaporte y formulario de ingreso al país; pude percatarme que ni leyeron el formulario cuando Migración empezó a hacerme preguntas de rutina. Pero luego las preguntas pasaron a interrogatorios y a indagarme como si fuese sospechosa de algo. Ante las preguntas, les respondí que era mi primera vez que salía del país y que asistiría a un seminario que se realizaría en la Universidad de Chile; les indique que este seminario se realizaría en distintas ciudades de Chile, a saber, Santiago, Valparaíso y Talca. 

Al preguntarme sobre mi alojamiento les explique que como era mi primera vez que visitaba Chile no tenía idea de donde me quedaría pero que unos estudiantes chilenos me darían alojamiento, por lo que no sabía el lugar exacto donde me quedaría pero que como estaban esperándome, esa información se las podía brindar los compañeross que me recibieran al saber de la llegada de mi vuelo. Entregué toda la documentación informativa sobre la actividad a la que participaría, entre ellos, el visto bueno de la Universidad de Panamá respecto a los trámites para viajar como universitaria, mi recibo de matrícula estudiantil y la carta de invitación de la agrupación Juventud Rebelde Miguel Enríquez de Chile. Luego vi como la documentación el funcionario de Migración se la pasa a la policía sin darme mayor explicación ni informarme sobre alguna irregularidad en mi ingreso al país. 

Después me movieron a una esquina de la Policía Internacional del Aeropuerto. Allí estuve esperando casi una hora por atención o que se me informara sobre el por qué me mantenían en espera. Me entrevistaron unas 3 personas con las mismas preguntas que me habían realizado en Migración. Luego enviaron a un agente de actitud extraña, quien intentó dialogar conmigo de forma calmada y me preguntó qué es el FER-29; le dije que era una agrupación estudiantil como cualquiera de las que existe en Chile y que no tenía tantos años en la agrupación. Al preguntarme sobre lo que se trataba el Seminario en Chile le reiteré que esa información estaba en el documento que me había retenido. Luego de esto, desaparecieron mis papeles. 

Luego de tanta indagatoria me dijeron de forma cortante que sencillamente no podía entrar a Chile y que para entrar requería una visa y demás excusas ridículas que se notaba que estaba improvisando con tal de negarme la entrada al país. Me dejaron en los pasillos de la PDI (Policía de Investigaciones) durante horas sin derecho a comunicarme con alguien, sin comida, sin agua, sin mis maletas para buscar algo que me cubriera del frío. Durante ese tiempo, en varias ocasiones me escondieron para que el Consulado de Panamá en Chile no me viera; me hablaban en un tono intimidante, me gritaron que tenía que acompañarles, a lo que les dije que yo quería quedarme en el lugar para poder conversar con los funcionarios del Consulado, a lo que se rehusaron y me movieron a un lugar apartado, incluso llegaron a coaccionarme agarrando sus armas de reglamento para intimidarme y que les acompañara. Si debo aclarar que en ningún momento me tocaron. 

A pesar de todas las preguntas que les hice jamás me respondieron, o daban evasivas ni me decían cuanto tiempo me tendrían ahí, por qué y a donde me llevarían. Luego me dijeron que pretendían mandarme a Perú y que allá yo viera qué podía hacer para regresar a Panamá. Desde que salí de Panamá no volví a ver mi equipaje, desde el domingo que salí de mi país hasta el martes que lograron deportarme solo comí una sola vez, y eso por el reclamo que realice durante horas a diversos funcionarios y por intermedio del Consulado de Panamá en Chile. 

Jamás me permitieron hablar con el Consulado de Panamá; en varias ocasiones me mintieron y le mintieron al Consulado sobre mi ubicación. Les dijeron al Consulado que ellos ya me habían regresado a Panamá en un avión pero me mantenían escondida en un rincón. No sabía qué iban a hacer conmigo. Cuando iba al baño me siguieron siempre, incluso hombres entraron conmigo al baño de mujeres. Sufrí acoso psicológico, fue una tortura tenerme desinformada, con miedo y frío en un país que no conozco y que visitaba por primera vez. Me sentí discriminada por motivos políticos. Me trataron de una forma muy degradante y me observaban de frente durante horas. Me humillaban en público ante otros pasajeros, al punto de llegar a hablarles mal de mí tanto a funcionarios del aeropuerto que en una ocasión llegaron a brindarme agua hasta con personas que no conocía y eran testigos de mi reclamo. 

Sentí ser tratada como un animal. Me negaron toda clase de comunicación; tuve que escaparme del acoso por un instante para llamar a uno de los estudiantes en Chile para que me ayudaran. En Chile, los estudiantes de la JRME abogaron por mí en múltiples ocasiones sin éxito; lograron conseguir un abogado para mi auxilio pero también le impidieron verme. Solo llevaba como equipaje una cartera y una maleta, con ropa y documentos para el seminario. Confieso que lloré de impotencia en algunas ocasiones. 

Luego me informaron del avión que me regresarían a Panamá, el cual abordé y logré salir de Chile. 

Mientras estuve en Chile un abogado interpuso a mi favor un recurso de Amparo ante el Primer Juzgado de Garantía de Chile; copia electrónica del documento lo adjunto a esta carta que indica a criterio del Juez, que no violé ningún reglamento o protocolo de ingreso al país, y que la información que proporcioné a las autoridades no era incompatible con los procedimiento de ingreso al país a través de Migración. 

A nuestro criterio, como jóvenes revolucionarios, a 50 años de aportes y trayectoria de nuestra organización en la causa social del pueblo panameño, nos consta los innumerables vejámenes que hemos sufrido gobierno tras gobierno en Panamá contra militantes nuestros, pero es inaceptable tener que sufrirlos en otro país en el marco de una invitación internacional para asistir a un seminario educativo entre jóvenes y de carácter público. 

Como hemos denunciado, no se trata de un mero trámite migratorio como vimos que Cancillería le respondió al diario El Siglo, sino sobre cómo se me niega el ingreso a un país hermano teniendo mis documentos en orden. Basta mencionar el trato degradante, y el SECUESTRO de mi persona por autoridades policiales de Chile, quienes me impidieron mantener comunicación con el cuerpo diplomático panameño, en una clara violación a normativas internacionales. Si esto no nos indigna como panameños y como defensores de los principios de igualdad y respeto a los Derechos Humanos, entonces estaríamos como país siendo cómplices de tamaña discriminación que a todas luces resulta en el “inconveniente” de ser de izquierda. Tanto Nacional como internacionalmente este tema ha recibido apoyo y solidaridad por lo GRAVE que resulta que una persona sea discriminada por razón de su ideología política, que tiene igual peso a cualquier forma de discriminación por razón de género, raza, creencia religiosa o procedencia. Esta situación ya ha merecido la atención del Instituto Nacional de Derechos Humanos de Chile y demás autoridades que nos estarán brindando apoyo para que este trato a nuestros nacionales no se vuelva a repetir. 

Esperando un pronto y justo actuar por parte de las autoridades en el tema,
Revolucionariamente, 

Mariela Hidalgo
Frente Estudiantil Revolucionario 29 de Noviembre

FER-29 Panamá

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