10 de septiembre. 41 Aniversario del SUNTRACS y toma de posesión de su nueva Junta Directiva
Este programa de Debate Abierto ha
sido revelador. Se dio el miércoles 4 de septiembre. Es posiblemente
la muestra más nítida de la decadencia y descomposición de los políticos
y partidos tradicionales. Sus protagonistas, Alvin Weeden, hoy
candidato a diputado “independiente” y Contralor durante el Gobierno de
Mireya Moscoso, (su hermano, Montana Weeden, estuvo envuelto en
innumerables escándalos de corrupción, “sólo en el cielo no hay
corrupción” dijo Alvin Weeden como contralor en defensa de su hermano); y
el Secretario de Comunicación del Gobierno de Martinelli, Luis Eduardo
Camacho, también jefe de los llamados “Gladiadores”, es decir de
aquellos que a través de las redes sociales y los “call center” se
dedican a defender a los gobiernos atacando a los opositores, denigrando
y llegando hasta a difundir conversaciones íntimas.
El programa debe ser visto con ojos
críticos por el periodismo nacional, no sólo por el lamentable papel
jugado por los opositores sino también por los periodistas que se
presentaron, uno en favor de la mal llamada “oposición” y el otro en
favor del gobierno.
Este es el preludio del tipo de campaña
que nos encontraremos para el 2014 y del nivel de violencia verbal y
física que se nos asoma. Imagínense si esto fue lo que se dijo ante las
cámaras qué fue lo que se dijo e hizo detrás de las mismas.
Frente a las cámaras, Weeden acusó a
Camacho de cobrar 30 mil dólares al mes, le dijo estúpido, payaso,
tonto, pedazo de torpe, charlatán a sueldo y habló de las “queridas” del
Presidente. Le dijo a su ex copartidario, Antonio Domínguez, “viejo
demente”. Se defendió utilizando unas declaraciones del periodista al
servicio de la dictadura y de muy triste trayectoria, Fulele Calvo.
Camacho insinuó que Weeden estuvo involucrado en el narcotráfico y lavado de dinero, le dijo charlatán, mentiroso, etc.
El programa expresó claramente el
deterioro de la imagen de los partidos y políticos tradicionales, la
falta absoluta de ética y moral, y también hasta dónde han llegado los
medios de comunicación social en Panamá, cada vez más cuestionados.
Adecentar la política para adecentar al
país, es la propuesta que hoy nos hace el Frente Amplio por la
Democracia (FAD), un partido nuevo y diferente.
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