El pasado miércoles, los campesinos también se enfrentaron con la
policía durante otra protesta, en rechazo a un proyecto hidroeléctrico
en la provincia de San Francisco que, consideran, afectará negativamente
a las comunidades aledañas.
Decenas de campesinos panameños,
opuestos a la construcción de una hidroeléctrica en la provincia de San
Francisco (sur), se enfrentaron este jueves por segunda vez en la
presente semana ante efectivos de la Policía Nacional de ese país
centroamericano.
Los choques sucedieron en la provincia
de Veraguas (suroeste) en La Soledad, provincia de San Francisco, donde
los manifestantes trataron de cortar el tránsito, incendiando neumáticos
y troncos en la carretera que une Santiago y Santa Fe.
Frente a esta situación, la Policía
panameña arremetió contra los pobladores con gases lagrimógenos y otras
clase de productos, con la pretensión de dispersar la manifestación,
según denunció uno de los campesinos reprimidos a medios locales.
“Hoy (la Policía) está sirviéndole a los
empresarios, a las grandes transacionales, y está reprimiendo al pueblo
por el simple hecho de reclamar", resaltó.
El pasado miércoles, los campesinos
también se enfrentaron con la policía durante otra protesta en rechazo a
un proyecto hidroeléctrico que, consideran, afectará negativamente a
las comunidades aledañas.
El epicentro de dicha protesta fue la
localidad de La Mesa, Veraguas (sur), donde la Policía también reprimió
con gases lacrimógenos a los manifestantes que clausuraron la vía
interamericana que atraviesa el puente del río San Plablo, donde se
desarrolla el proyecto hidroeléctrico.
La obra es considerada clave por el
presidente Ricardo Martinelli para "abaratar el costo de la energía". El
ministro de Gobierno, Jorge Ricardo Fábrega, declaró en días recientes
que “si el país no aprovecha sus recursos hidroeléctricos, condenarán a
las futuras generaciones a vivir y depender del precio del petróleo".
Las protestas se dan en un momento en
que el Gobierno de Martinelli pasa por una creciente conflictividad
social, debido a los recortes en el gasto público que ha impuesto para
"evitar un déficit fiscal", tal como sucedió en el año 2012.
Durante ese año, Martinelli intentó
privatizar los puestos de la zona libre de ciudad Colón, provocando
crecientes y fuertes manifestación que, finalmente, lo obligaron a dar
marcha atrás al proyecto.
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