11/12/11

Conozca la conexión de Lavitola en Panamá

Esta es la conexión del prófugo de la justicia italiana en Panamá, Valter Lavitola, acusado en su país por ser parte de una red de corrupción y sobornos de la empresa FINMECCANICA, además por sobornar al ex Primer Ministro y su amigo, con revelar que le contrataba prostitutas para sus fiestas.

En Panamá la conexión es Adolfo de Obarrio, Secretario particular de Ricardo Martinelli. Las fotos que presentamos son de Internet. De Obarrio parece de la misma camada del Cónsul en Miami, Thomas Guerra, y del ex Cónsul de Panamá en Canarias, Italo Afú. Es hermano de la Cónsul en Puerto Rico.

A de Obarrio, Lavitola, según emails que se han revelado, pedía agentes del SPI para su protección personal, carros y helicópteros durante su estancia en Panamá. Iba a fiestas escoltados por agentes del SPIl pagados por el pueblo panameño. En estos emails también se revela como Lavitola presionaba para que se le nombrara cónsul honorario de Panamá en Italia y gestionaba una empresa de energía preparándose para la aprobación del privatizador proyecto de ley 349.

Lavitola solicitaba reuniones directas con Ricardo Mattinelli con quien también intercambiaba correos. Se refería a Martinelli como “El Capo”.

Lavitola está tras la venta por parte de la empresa FINMECCANICA de 19 radares, varios helicópteros y una carta cartográfica. El contrato con sobrecostos es de 333 millones y la empresa Agfia, Corp., creada el año pasado, 2010, poco antes de la visita de Berlusconi y Lavitola a Panamá en el mes de julio, cuando se cerraron las negociaciones, cobraría 33 millones (10% de la transacción).

Como presidenta de la junta directiva de Agfia Corp. aparece una joven chorrerana “emprendedora” de 23 años llamada Karen De Gracia Castro. Es propiedad del argentino Gustavo Franchella quien aceptó públicamente que cobraría la coima.

Todo esto se ha venido desarrollando con la complicidad de la Contraloría bajo el mando de la ex empleada de Martineli, Gioconda de Bianchini, de la Procuraduría General de la Nación y demás autoridades.

Lavitola consiguió refugio en Panamá, vivió al lado de la Presidencia y recientemente, según medios, fue visto en una reunión acompañado nada menos que del Director de la Policía Nacional, Gustavo Pérez.

En las fotos se ve al mismo Martinelli junto a Adolfo de Obarrio y sus amigos. Esto nos hace recordar lo dicho por Jimmy Papadimitriu a un ex funcionario de la Embajada de EE.UU., según Wikileaks:

“Descarado y confianzudo, Martinelli tampoco le gusta estar rodeado de personas de edad avanzada, prefiriendo pasar el tiempo con personas más jóvenes. "Mira a sus asesores cercanos. Mírenme. Estamos todos los jóvenes". Es fácil de entrenar y abierto a nuevas ideas. El no querer sentir que se está muriendo fue una de las razones de su relación con su amante, Aurora Muradás, afirmó Papadimitriu”.

En ese mismo cable Papadimitriu se refirió a Martinelli como el “clásico carnicero italiano”. Ver: http://www.kaosenlared.net/noticia/wikileaks-martinelli-clasico-carnicero-italiano-papadimitriu

Los panameños nos merecemos esto. Hemos llegado al extremo del estado de putrefacción de las instituciones hacia donde las han llevado los partidos tradicionales.

El gobierno no puede seguir manejándose como una mafia y su Presidente como “El Capo”.

Ante las denuncias, Martinelli, Mulino y otros actúan desafiantes ante la opinión pública, seguros que la mano de la Justicia no les llegará pues controlan todos los órganos del Estado.

Además con el nombramiento de nuevos magistrados incondicionales creen que se aseguran impunidad eterna, sino también las interpretaciones de la Constitución que les asegurarán la segunda vuelta y la reelección.

Se equivocan. Los pueblos se cansan de tanto abuso y corrupción. Desde ya aseguramos que Noriega no estará solo en la cárcel. Pronto lo acompañarán nuevos inquilinos.

Un cambio real se impone. Levantemos nuestro propio instrumento político inscribiéndonos en el Frente Amplio por la Democracia (FAD), para acabar con la corrupción, los robos de los ladrones de cuello blanco y la impunidad.

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